lunes, diciembre 11, 2006
es mi bizzio
supermercado - lloraría - él llega - ella llega - horrible - quería - beso - papeles - piernas abiertas - lo más triste - gusta - ¿te molesta? - no quería - en el aire
el secreto (shhh)
80 multicanal / 82 telecentro / 84 cablevisión
martes, jueves y sábados : 5 - 11 - 17 - 23 hs
domingos 1 - 7 - 13 - 19 hs
[Fue justo hace un año cuando entré al solarium del Viejo Hotel Ostende donde, junto a la pileta, iban a servirnos el almuerzo de tarta y ensalada. Tenía puesta una bikini negra, una minifalda de jean y las seis esclavas que, según la tradición familiar, había recibido por cada aniversario. Estaba demasiado flaca y a Sergio Bizzio no lo conocía en realidad. Ni bien me vio, lo primero que dijo fue: vos te estás por separar. Inmediatamente lo detesté.
Él estaba ahí con su mujer y su hijo; sinceramente, no los envidié. A la noche, atrás de unas aceitunas carnosas me dijo: vení. No me gusta recibir órdenes. Esa misma noche me contó que estaba escribiendo una novela sobre un hombre que se vuelve a enamorar de su mujer y dejé de odiarlo.
Un tiempo después, en una fiesta con chicas bien vestidas y bowls con hielo y cerezas, me dijo algo horrible: me gusta mucho lo que escribís, pero creo que más me gustás vos. Me puse muy triste. Hablamos del matrimonio, me dijo que se había vuelto a separar y desparramaba certezas ninguna de las cuales para mí era cierta. Después de esa noche le escribí una carta bastante larga, una especie de historia honesta de mis lecturas y nunca se la mandé.
Cuando nos juntamos en los jardines del Museo Fernández Blanco era de noche y hacía calor. Una chica con nombre de marquesinas me vistió como para el video de "When the Deal Goes Down", y un chico llamado Min -al que era imposible no decirle Ho Chi- me hizo una torzada en el pelo y me perseguía con una brocha empolvada. (Después supe que a Min lo echaron por robar un libro en otra grabación.) El brie se derritió bajo los focos de luz y el vodka no alcanzó para apagar nada. Bizzio ya había escrito la novela de la que me había hablado el diciembre pasado, la novela que tendría que haber ganado el premio Planeta. Yo la había leído unos días antes del encuentro y me había hecho llorar. ¿Cuál, cuál fue el momento en el que se rompió todo? Yo, como él predijo, me había separado. Un tiempo antes, como un presagio, había perdido las esclavas de los aniversarios. Sergio me preguntó cómo estaba.] ¶ lunes, diciembre 11, 2006
supermercado - lloraría - él llega - ella llega - horrible - quería - beso - papeles - piernas abiertas - lo más triste - gusta - ¿te molesta? - no quería - en el aire
el secreto (shhh)
80 multicanal / 82 telecentro / 84 cablevisión
martes, jueves y sábados : 5 - 11 - 17 - 23 hs
domingos 1 - 7 - 13 - 19 hs
[Fue justo hace un año cuando entré al solarium del Viejo Hotel Ostende donde, junto a la pileta, iban a servirnos el almuerzo de tarta y ensalada. Tenía puesta una bikini negra, una minifalda de jean y las seis esclavas que, según la tradición familiar, había recibido por cada aniversario. Estaba demasiado flaca y a Sergio Bizzio no lo conocía en realidad. Ni bien me vio, lo primero que dijo fue: vos te estás por separar. Inmediatamente lo detesté.
Él estaba ahí con su mujer y su hijo; sinceramente, no los envidié. A la noche, atrás de unas aceitunas carnosas me dijo: vení. No me gusta recibir órdenes. Esa misma noche me contó que estaba escribiendo una novela sobre un hombre que se vuelve a enamorar de su mujer y dejé de odiarlo.
Un tiempo después, en una fiesta con chicas bien vestidas y bowls con hielo y cerezas, me dijo algo horrible: me gusta mucho lo que escribís, pero creo que más me gustás vos. Me puse muy triste. Hablamos del matrimonio, me dijo que se había vuelto a separar y desparramaba certezas ninguna de las cuales para mí era cierta. Después de esa noche le escribí una carta bastante larga, una especie de historia honesta de mis lecturas y nunca se la mandé.
Cuando nos juntamos en los jardines del Museo Fernández Blanco era de noche y hacía calor. Una chica con nombre de marquesinas me vistió como para el video de "When the Deal Goes Down", y un chico llamado Min -al que era imposible no decirle Ho Chi- me hizo una torzada en el pelo y me perseguía con una brocha empolvada. (Después supe que a Min lo echaron por robar un libro en otra grabación.) El brie se derritió bajo los focos de luz y el vodka no alcanzó para apagar nada. Bizzio ya había escrito la novela de la que me había hablado el diciembre pasado, la novela que tendría que haber ganado el premio Planeta. Yo la había leído unos días antes del encuentro y me había hecho llorar. ¿Cuál, cuál fue el momento en el que se rompió todo? Yo, como él predijo, me había separado. Un tiempo antes, como un presagio, había perdido las esclavas de los aniversarios. Sergio me preguntó cómo estaba.] ¶ lunes, diciembre 11, 2006
Comments:
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Aegurar que esa novela debió haber ganado el Planeta es un error. Ni siquiera se tendría que haber presentado. Y debe ser una de las mejores novelas escritas por un argentino en los últimos años.
# posted by 
: 9:00 a. m.
: 9:00 a. m.
ok, que a la novela la publique una editorial independiente con una faja que diga *La novela que debería haber ganado el premio Planeta*
# posted by : 4:51 p. m.
: 4:51 p. m.
Bonita y triste la historia, Marina. Pero fundamentalmente bien escrita, casi con sabor a helado nocturno.
algo parecido al patetismo; algo que haría que tu programa se llame "la histeria"; algo que te hace hablar de vos y que da mucha pena
# posted by : 1:56 p. m.
: 1:56 p. m.
asqueada: conjugás mal los verbos: "algo que haría que tu programa se LLAMARA la histeria" sería el uso correcto del subjuntivo...ya que estamos tan críticas
# posted by : 10:58 a. m.
: 10:58 a. m.
La idea del programa es interesante, algunos pasajes también, lo malo es tener que escuchar cosas como "vos me mirabas las tetas, mi papá dice que me mirabas las tetas" etc. Se pone muy autorreferencial Marina. Y no es nada personal, pero importa poco si le miraban o no las tetas.
Saludos.
Clara.
Saludos.
Clara.
# posted by : 7:32 p. m.
: 7:32 p. m.
Es una persona capaz de hacer devenir su odio en comprensión, su tragedia personal en comuniòn universal, su curiosidad subjetiva en conocimiento general, el que la agreda me está agrediendo a mí y a todos los que somos.
¿ahora resulta que también hay que brindar credenciales sociales en ortodoncia?¿nunca la vieron sonreír?¿pudieron no sonreìr vièndola sonreír?¿qué importa entonces cuánto calcio Jairo requiera su alegría y qué terremotos de San Francisco involucre su movernos las montañas interiores?.
El momento en que le susurra al oído de Fogwill el nombre que no nos será revelado, se inscribe en la Histeria Universal junto al de Alberto Olmedo narigueteando en cámara para ganar una apuesta al tapar la pantalla al grito de "rucucu". Además Fogwill es absolutamente cierto que nos mira las tetas a todos sin la elegancia con la que lo niega...
¿ahora resulta que también hay que brindar credenciales sociales en ortodoncia?¿nunca la vieron sonreír?¿pudieron no sonreìr vièndola sonreír?¿qué importa entonces cuánto calcio Jairo requiera su alegría y qué terremotos de San Francisco involucre su movernos las montañas interiores?.
El momento en que le susurra al oído de Fogwill el nombre que no nos será revelado, se inscribe en la Histeria Universal junto al de Alberto Olmedo narigueteando en cámara para ganar una apuesta al tapar la pantalla al grito de "rucucu". Además Fogwill es absolutamente cierto que nos mira las tetas a todos sin la elegancia con la que lo niega...
Esa autorreferencialidad es parte del show. Y está bien. Nos guste o no.
Además, si no fuera por Marina, ¿cuántos de estos señores darían tanto tiempo para hablar?
Es eso, y punto.
Y la belleza de Marina no es lo que se ve. Es lo que ella construye.
Además, si no fuera por Marina, ¿cuántos de estos señores darían tanto tiempo para hablar?
Es eso, y punto.
Y la belleza de Marina no es lo que se ve. Es lo que ella construye.
Perdones, pero se recontra escuchó (será mejor el sonido de mi electrodoméstico) el nombre que le dijo a Fogwill en el oído. Otra cosa: Una conocida iba a la misma pileta que él y me contó que no paraba de decirle cosas medio guasas. En fin.
No more comments.
Te queremos, Marina, te queremos.
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Te queremos, Marina, te queremos.
Y por qué el ¿miedo? a decir Marina Kogan? Si sólo le dijo si le miraba las tetas o algo así eghh.
Yo pienso que Marina le otorga un bello halo de rush al programita :)
Yo pienso que Marina le otorga un bello halo de rush al programita :)
# posted by : 3:31 a. m.
: 3:31 a. m.
Ayyyy dios, como me enferrrrrman esos comentarios.
Quien tiene miedo? De qué? me revienta la gente pretenciosa que ronda por los blogs. Los mataría a todos los que hacen ese tipo de comentarios, sinceramente.
Públicamente, no me odien. Pero parece a propósito, che.
Quien tiene miedo? De qué? me revienta la gente pretenciosa que ronda por los blogs. Los mataría a todos los que hacen ese tipo de comentarios, sinceramente.
Públicamente, no me odien. Pero parece a propósito, che.
si, la verdad es que no nos interesa tu historia mariash. si te la das de poeta y sos una bohemia de cuarta que escribe boludeces.
# posted by : 10:49 p. m.
: 10:49 p. m.
el regreso sin gloria de plot... esperamos más programas, marina, más, más, más.
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# posted by : 2:51 a. m.
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