Date vuelta
Cuando resigné la manía de salir que te impone el auto (mi papá se fue de viaje, me dejó el auto y la ansiedad por descubrir qué hacer con él),
decidimos quedarnos en casa viendo la peli que me regaló Celine Keller cuando estuvo en Buenos Aires y
Cecilia me la presentó. Me pregunté si no estaría aplicando la misma
lógica que mi padre
--¿Fritz el gato?, Sí, pueden verla, es de dibujitos-- al ver
Turnaround con mis hijos, pero no. Más bien estoy tan atenta que retiré de la partida de revistas la
Playboy que pensaban usar para hacer collages.
Preparamos una bandeja plateada con golosinas --M&Ms con maní, galletitas bañanadas en chocolate y Biznique-Nevado (se levantan apuestas sobre cuál de los dos es el verdadero nombre)-- y la pusimos.
La película --hecha con dibujos en blanco y negro-- empieza con una escena de amor entre dos mujeres jóvenes, y un niño de cinco o seis años, hijo de una de ellas, que las mira celoso. Las mujeres lo saludan, le preparan la comida y después se encierran en su habitación y se desnudan para meterse en la cama mientras, en la suya, el niño se muerde los labios de la rabia. El niño, en la película, se llama León.
La trama abunda en flashbacks --la madre del niño y su novio van de visita a la casa de una pareja amiga que acaba de tener un hijo y ahora vive en los suburbios; salen aturdidos por el llanto del bebé, sin haber podido conversar, se preguntan qué les habrá pasado a sus amigos-- y digresiones --ella recorre todas las discos de Berlín con el bebé en los hombros--, y no es fácil de seguir. Mis hijos, para comprender, resumían en una palabra o frase corta los hechos de cada escena.
Beso. Beso con teta. Furioso. Busca al padre. Se encierran. Encuentra al bebé. Aturde. Perdida. Crece demasiado rápido. Se siente un bebé. El llanto se oye en toda la ciudad.En un momento me levanté a buscar agua. Cuando volví, una mujer dibujada en negro sobre fondo blanco se agarraba la cabeza mientras atrás avanzaba una serie de espirales concéntricas. ¿
Qué pasó?, pregunté.
Encontró la locura, contestaron.