Vivir en la calle del medio que vivir en el medio de la calle
No es lo mismo.
Ok, dejemos de lado un rato los mieditos de clase, la tirria que nos dan los datos duros de su ADN sociocultural (esas "sh" sazonadas, los hijos en el Newman --al fin y al cabo, mandamos a los pibes a una escuela con nombre filohippie, backround setentista y cuota cara que puede ser igual de detestable); dejemos de lado un rato los signos de ideología.... hmmm, a ver, mnó, no se puede -bueno, hagamos como que.
Suponete que vamos directo al punto en vez de cuestionarnos, siempre tan conchicentristas, si somos rubias, morenas, pelirrojas. Suponete que miramos directo el núcleo embrionario de la cosa, como en la germinación del poroto --que si al poroto lo atendés, crece y crece-- y nos preguntamos, ponele, ¿está en juego un modelo económico o, como dice Macri, nada que ver?
Porque
el de la sonrisita babeante (uh, sori --así, con una "r"--, se me escapó) dice que no, que esto es la ciudad y que no va a aplicar sus políticas mercantilistas, privatistas, excluyentes AHORA porque este es un tema de Ciudad, no de Nación, etc. Pero con gente
así medio que se complica creerle. ¿O no? Digo: ¿qué podemos esperar? Ah, que como va para presidente no se queme con el ladriprogresismo, porque la
estela que dejó Aníbal todavía burbujea, y nos tire un hueso.
Tenemos que hacer los deberes, como dice
María, segundo nombre Esperanza, en un post que deja por tierra este y taaantos otros. Primero hay que reinventar el progresismo, o olvidarse (sí, ya sé, "U" olvidarse, ¿pero quién lo usa?), mejor, olvidarse, porque con la mala fama que tiene, todo lo que se diga a su favor va a ser usado en su contra, es decir, va a alimentar la campaña de Mauri: palabras no, acciones. Pero una cosita, por ejemplo yo (ay, conchicentrista), como varios de los que andan por acá, yo soy golosinera del kiosquito de la cultura y, sí, me preocupa
esto, a nadie le gusta que le saquen la teta así, de golpe. Aunque quién sabe, de nuevo, capaz nos den esa leche maternizada (puaj!)
Igual: ayer estuve con alguien que me contó de alguien (ay, bueno, no puedo contar, es para que de un cacho de intriga, porque todo lo demàs es una obviedad), decía, de una mujer muuuuy inteligente que estaría dispuesta (hablo en condicional como luis ventura) a laburar para macri si la dejaban hacer lo que quería. Ojalá haya de esos. Pero serán los menos y habrá que ver cuánto duran. Más bien, y aunque los borre rapidito como a esas cadenas que si no se lo reenviás a diez te morís o te quedás impotente o frígida, no puedo evitar leer de reojo esos mails que me llegan con miles de cosas malas sobre él y creerles un poco. Y tiendo a creerle a full a
esto porque, directamente, lo dice
el propio Macri.
Ta bien, en nosotros vibra la ambigüedad de los instintos primarios, esos que nos hacen sentir miedo y asco en bs as, y algo un poco menos ingenuo que nos hace saber que esta es una opereta del presi, que Macri es su mejor oposición porque es alguien a quien le puede tirar buenas carpetas para negociar. Pero yo tampoco soy de los que cree que
cuanto peor, mejor. Y lo que es medio difícil de controlar es esto: si le tirás agua al poroto, el poroto brota, crece, y al final le sale un olor a podrido que no se banca. Habrá quien se fascina con las hojitas verdes, recién salidas, nuevas, como los halls de los shoppings nuevos; y habrá quien se banque vivir en la ciudad con el olor a podrido que sale del poroto porque es el mismo olor que emanan ellos.