Poesía paranoica
Este es un poema de Nico, que trabaja conmigo en
el secreto (shhh), ciudad hambrienta, el canal de la ansiedad.
[
hoy estrena nueva temporada --martes, jueves, sábados y domingos, 22.30 hs. casas - pavón - casas - pavón -casas - pavón - casas - pavón]
ggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggg
Sonó el contestador. Te comunicaste con la concha de tu hermana.
Bueno. La semana que viene te hacemos una prueba.
Me quise matar. Me quise automutilar. No me maté ni me mutilé.
Escuché el mensaje una vez sola.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
El pasillo es largo y tu puerta es la del fondo.
Me acerco lento. Pienso si seguís así. Toco un timbre seco.
Seco, seco.
No oigo ruidos pero tu puerta es gruesa. Es beige.
No me abrió. Preguntó quién es.
No contesté. Me abrís.
Sí.
Y cuando entré estaba todo igual.
La mesa ratona alineada con el parquet, las plantas recién regadas y el sahumerio Sai Baba.
Nos miramos.
Nos dimos un beso, nos dimos un beso.
Y nos sentamos en el sofá.
lllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll
Estamos quietos.
Todavía no dijiste nada.
No dijo nada.
El mate está lavado, hay que echarle azúcar.
Le puso media cucharada. Media cucharadita.
Pienso en irme.
Miro la mochila, el suéter y la camiseta.
Agarré todo y me fui.
No agarré nada y me quedé.
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Que tenés en la mochila.
Preguntó. Y yo. Nada.
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca.
¿Te acordás?
No.
Cortazar. “Rayuela”. Capítulo 7.
No.
Dijo no dos veces.
Y yo. Quedé banana.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee