Cucurto: mito y realidad
Yo hablé con Santiago Vega
el secreto (shhh)
80 multicanal / 82 telecentro / 84 cablevisión
martes, jueves y sábados: 5 - 11 - 17 - 23 hs
domingos: 1 - 7 - 13 - 19 hs
[De lo que hablamos con Santiago no me acuerdo mucho. Pasaron unos días, pasaron mil años. Tengo la sensación de que me mintió todo el tiempo, o casi todo el tiempo. Pero qué puedo decir yo, si me la paso mintiendo. Parecía preocupado por que yo no pensara de él cosas malas -las cosas malas que piensan las esposas de los maridos que hacen trampa- pero se olvidó que yo no soy una esposa. Se adelantaba a las preguntas que no le pensaba hacer ("ya sé, me vas a preguntar si lo del aborto es verdad"). Me dijo que de su novela casi nada era real y que el capítulo de las princesitas del amor que van al taller San-San y terminan todos enfiestados no había pasado en verdad, que era todo imaginación, hipérbole, o las fantasías de la gente. Creo que le daba pena que leerlo me hubiera hecho mal y por alguna razón bastante fácil de adivinar me hablaba con culpa y con cierto pudor. Lo que no sabía Santiago es que no lo pensaba juzgar, al menos no desde el punto de vista moral. Pero en un momento se empezó a dar cuenta, creo.
Detrás de la arenga cumbiera, su novela me pareció triste (ahora que lo pienso, la novela de Bizzio también me pareció triste -bueno, seré yo o todos escriben novelas tristes), en la historia de amor y como retrato social. A Santiago le gustó la idea, y seguimos por ese camino, el de la vida adulta y la melancolía, mientras él hablaba de Cucurto en tercera, me decía cosas lindas y yo apreciaba el contraste de la remera blanca y su piel.]