No me mires a mí
Miralo a él
el cielo - cristalitos - simetría - niños - saturnalias - idolito - peronismo - misticismo - azar - dios - títeres - dialecto - dado - trabalenguas - amor
el secreto (shhh)80 multicanal / 82 telecentro / 84 cablevisión
martes, jueves y sábados : 5 - 11 - 17 - 23 / domingos 1 - 7 - 13 - 19
[Con un traje negro de lana fría y una camisa blanca con cuello Mao, Arturo parecía un cura el día que nos casó. Habló del matrimonio en la literatura clásica, de mi voz de nena y del realismo. Fue preciso y hermoso, hace siete años.
El día que nos encontramos en el Jardín Botánico yo estaba especialmente triste y sólo quería hablar de eso (hace años que apenas puedo hablar de otra cosa, creo que el matrimonio es una cuestión aún no descifrada en el área de la teoría, por eso leí páginas, por eso escribí páginas en algo que a veces creo es una novela y a veces algo terrible a lo que no puedo acercarme). Pero él sugirió que no mencionáramos el asunto, y entonces le propuse hablar de los niños, a lo que no podía negarse porque es casi lo mismo que hablar de su escritura, o de él mismo.
Había mucho sol y nos daba en la cara. Yo creía que quedaba bien, o que me hacía bien, pero en el video me di cuenta de que el efecto era de rostros empolvados, como el de una geisha o un payaso.
Nos hicieron quedar muy quietos porque las cámaras tenían trípodes y con el paso de las horas fuimos languideciendo como la conversación porque era mediodía y no habíamos almorzado nada. Hacía más de diez años --bastante más-- que había visitado su estudio en la calle Córdoba ese día cuando también conocí a Mattoni, que me resultó soberbio, típico egresado del Montserrat. En el Botánico, Arturo sacó de la galera citas y citas para que hicieran de respuestas. No me preguntó casi nada, no pareció importarle que me quedara en patas ni que apenas pudiera sostener la mirada. Hizo magia con los cristalitos de sus palabras y fascinó, como siempre, como ese día de diciembre en el jardín de los agapantos florecidos, cuando nos dio los anillos y nos los pusimos, el anillo grabado por adentro que todavía deja su marca.]
"no se sabe quién está espiando a quién"