Me avergüenzo de haber festejado el granizo y no duermo
Esta comunidad es en realidad la historia de la censura de la que han sido objeto esos textos por parte de ideologías profundamente solidarias, cosas así o más o menos se dijeron mientras oscurecía en la calle de las batallas perdidas. (Pero no la guerra, no: porque avanzamos. Se puede ser cínico e ir por ahí pensando que no hay esperanza, hablando de importación y exportación; de ahí que tratara de pensar: la belleza del intercambio...). O ya estaba todo, todo oscuro desde antes, y mi camisa se desabotonaba más alla de mí y la realidad -¡oh!-, más grave, más imponente que todo, descorazonaba una vez más.
¿Es él? ¿Es él...?Debería ponerme un sanmartín. Dije que festejé el granizo, sobre esa idea tonta de que hacerse la tonta sirve como escudo para la timidez. Después me di cuenta: algunos mechones fuera de lugar, todas las razones teóricas del robo a los americanos arrumbadas en mi cabeza, dos mil quinientos hogares pobres con los techos como coladores. Sentí la falta de confort de las cosas sin terminar y di vueltas en la cama repasasando lecciones de latín básico y las imágenes que llegaban de costado.
¿Será él?Tuve que elegir entre Marx, Weber y el pobre Durkheim y adivinen los que quieran con cuál de todos me quedé.