paisajes emocionales*
FortalezaMás allá está el desierto. Su fuerza es la suma de todas las debilidades.En el arte y la ciencia se ve una atrevida renuncia al éxito, a lo especulativo, a la seguridad fiscal del pan. No se contempla con altivez a los que todavía están afuera.
La fortaleza protege corazones y cerebros, recibe y da protección, promueve una vida rica y sustanciosa.
El miedo primitivo quedó enterrado, también el miedo a lo inmediato y la vergüenza, sentimientos que son reemplazados en una nueva estructura por un anhelo vehemente de la subconciencia, que está más viva que nunca.
El nuevo mundo, recién descubierto, no está localizado aún en el planeta. Ni tiene forma. Es una extensión caprichosa de tierra poblada de imágenes. Sobre ese mapa fundamental se trazan las rutas a emprender siguiendo ríos y vientos. Es un mundo simplísimo en los hechos y las cosas, aunque en el mecanismo y procedimiento, muy complicado. Como cuando se ve un campo desde lejos y es bloque verde, se lo ve de cerca y son miles de pastos y bichos.
No hay paisaje
Es un terreno fértil donde las notas van plantando movimiento a la superficie plana. Es una llanura baldía que se va codificando a medida que avanza y configura un destino, como en el viaje, emocional y filosófico, en la extensión de cada paso ganado. La tierra empieza a dar señales.Y de repente suenan dos guitarras y estamos viendo el paisaje por la ventanilla del tren que avanza. No hay paisaje hasta que ahí aparece algo.
*variaciones sobre EME